A pesar de su insignificante apariencia, este pariente pobre de los elegantes tulipanes y azucenas ha demostrado ser un buen aliado del hombre. Además del excelente sabor que da a los alimentos, el ajo es una de las plantas medicinales más importantes.
Los
egipcios del tercer milenio a.C. Lo incluían en la comida de los constructores
de las pirámides de Giza confiando en sus virtudes vigorizantes; los hebreos del
Éxodo lo tenían como uno de sus bienes más preciados, y lo llevaron consigo al
abandonar Egipto.
Para el comediógrafo griego Aristófanes era símbolo de fuerza física, y es citado por todos los médicos naturalistas de la antigüedad, entre ellos ascárides, que se refiere a él como una panacea.
Cuando
la peste asolaba a Europa en la Edad Media, la gente comía ajo crudo todos los días
como medida preventiva; el remedio servía, según las malas lenguas, simplemente
porque mantenía a los demás a prudente distancia. También se atribuyen al ajo
virtudes mágicas, por lo que se utilizaba como talismán para mantener alejadas
las fuerzas del mal, especialmente a los vampiros.
A través de los siglos, el hombre ha empleado el ajo para tratar una gran diversidad de enfermedades, desde el reumatismo y la gota hasta las afecciones gastrointestinales, las parasitosis, las picaduras de animales ponzoñosos y las infecciones de la piel, y es muy probable que efectivamente haya contribuido a curar muchas de ellas, pues resulta un potente antiséptico; como tal se usó durante la Segunda Guerra Mundial. Por si esto fuera poco, contiene vitaminas A, B1, B2, y C.
Hábitat
En estado silvestre, se
encuentra en terrenos perturbados como planta cimarrona.
Distribución geográfica
Originario de las estepas de Asia central, se cultiva en muchas regiones del
país.
Identificación
Planta herbácea,
vivaz, de 0.5 a 1 m de altura. El bulbo, formado por pequeños dientes, se
identifica por su fuerte olor. Hojas basales, largas y planas, terminadas en
punta. Flores embaladas, sostenidas por un escapo; su color varía del blanco al
rosa. Para cultivar ajo en un jardín se necesita un clima cálido y soleado.
Usos
Durante siglos se ha empleado el ajo para curar catarros y otras infecciones respiratorias, Los herbolarios actuales lo prescriben, además. Para expulsar las lombrices del intestino y evitar la formación de gases en el tubo digestivo.
En 1858, Louis Pasteur demostró sus propiedades antisépticas, y también se ha comprobado que tiene acción antiespasmódica. Investigaciones más recientes indican que puede ser eficaz para bajar el nivel de colesterol en la sangre, reducir la hipertensión y servir de expectorante en casos de afecciones respiratorias.